¿Y si los medios de comunicación me dicen que no atienda a los medios de comunicación?
1. Respuestas fáciles y rápidas
Como casi siempre que se habla de un problema complejo, tampoco sobre la influencia de los medios de comunicación en el comportamiento social de masas hay una respuesta fácil y rápida. Sería satisfactorio poder decir: «es difícil explicar, pero en base: sí/no.» Lástima, porque la respuesta más acertada seguramente sea sí y no, y depende.
Depende de la persona, del medio, del tiempo, del interés sobre el tema, de las presiones del entorno y de todo este tipo de variables aburridas, largas, difíciles de medir y cambiantes según a quién se le pregunte.
La ciencia hoy en día no es capaz de explicar con absoluta precisión este fenómeno, así que no podemos más que atender a “probablemente ocurra que…”.
Y como a nadie le gusta quedarse en la incertidumbre de no saber, las soluciones incompletas son mejores que las no soluciones. Así que vamos a ver algunas de las teorías sobre el tema que sí podemos interpretar con más precisión para poder sacar algo sobre lo que pensar.
2. Cómo me influye la información
Rápido y conciso. Es importante remarcar, sobre todo para entender los siguientes apartados, que, según Azjen1, sobre la conducta de las personas hay que valorar varias fuentes de presión con distinta fuerza según cada individuo, y que se equilibran para dar lugar a cada comportamiento.
- Actitud personal: Valores, creencias, expectativas y valoración de cada comportamiento.
- Norma subjetiva: Valores y creencias sociales sobre el comportamiento, además del grado en el que el individuo esté dispuesto a dejarse influir por ellos.
- Control percibido: Lo que se suele llamar auto-eficacia, o habilidad percibida por cada persona para poder llevar a cabo la acción.
Todo ello influye distintamente sobre la motivación (intención) y genera que hagamos o no hagamos distintas cosas. Los medios de comunicación pueden influir en los dos últimos puntos de la ecuación y, a largo plazo, también en el primero, pero también pueden no hacerlo si esa “disposición a dejarse influir” rema en su contra.
Sí, no y todo lo contrario, las personas podemos decidir.
3. Para enfocar el problema
En 1938, Orson Welles hizo una narración radiofónica a la población estadounidense sobre una invasión alienígena de la novela “La guerra de los mundos”. 6 millones de personas oyeron lo que decía, aproximadamente 1.7 millones lo creyeron y al menos 1.2 millones expresaron miedo.
La mayoría de la gente que escuchó el mensaje no lo creyó, pero hubo un gran número de personas que sí lo hizo.
Un análisis del suceso podría ser que la información tiene una gran capacidad de penetración en la población, independientemente de lo retorcido que sea el contenido, sin embargo, también surgieron otras explicaciones como la de Klapper2 (1974) que tienen en cuenta a las personas que lo escuchan.
Así, los medios esencialmente se limitarían a reforzar actitudes previas que los oyentes ya tienen, o que creen posible, y no tanto a crear opiniones de la nada. Las personas seleccionan información de los medios junto con otras fuentes distintas.
“No te preocupes, es sólo un publicista captando nuestros datos personales para hacer anuncios más relevantes para nosotros.”
A quien le parezca que esto es contenido de otro tiempo le recomiendo que eche un vistazo a las polémicas electorales de Trump, Bolsonaro y las supuestas manipulaciones internacionales por redes sociales, o a lo mejor a la gran recolección de datos por empresas internacionales como Google, Facebook (otro) o Amazon.
Los medios pueden cambiar, pero la dirección del comportamiento no parece dejar de ser un resultado jugoso.
4. Más perspectiva
Otra propuesta muy interesante sobre el efecto de los medios de comunicación es la de Lazarsfeld, Berelson y Gaudet3 (1944), quienes defendieron que las personas tendían más a dejarse influir por intercambios de información entre sus círculos personales que a hacerlo por los medios de comunicación.
Según ellos, hay dos fases:
- Penetración en los líderes de opinión.
Las ideas son elegidas, desarrolladas y bombardeadas por medios de comunicación y éstos las hacen llegar a determinados sujetos más tendentes a mostrar interés. - Expansión de la información en círculos sociales.
Según su propuesta es en este momento cuando las ideas se establecen verdaderamente tras las vueltas y vueltas dadas en entornos más cercanos.
A día de hoy este hecho está intensamente influenciado en la tecnología de las redes sociales (a las que dedicamos tantas horas). Ese uso masivo puede entenderse como un apoyo a su teoría puesto que aceleran esa difusión como un catalizador, ya que aumentan el tiempo y el número de visionados y captan a los perfiles de personas sobre los que más fácil que el mensaje cale.
Según este razonamiento, las redes efectivamente tienen un gran peso de divulgación, como cuentan desde el Massachusetts Institute of Technology4, quienes defienden que los humanos son responsables de difundir información falsa, incluso por encima de bots creados para ello.
5. Poder individual
O sea que si quiero evitar que los medios sesguen mi pensamiento de los medios basta con evaluar a conciencia cada información, si es que eso fuera tan fácil…
Eso que comentábamos antes de que los medios refuerzan actitudes previas se explica mucho mejor por el modelo heurístico-sistemático de Chaikeny Eagly5 (1989), quienes hablan sobre cómo manejamos toda esa información.
Lo que viene a decir es que hay dos modos de enfocar la información que nos llega:
- Sistemático: De forma profunda, concienzuda.
Con calma, atendiendo a cada detalle y comparándolo con la información que ya tengo, con otras fuentes, valorando la calidad de cada fuente y la calidad de los datos.
- Heurístico: Superficial, de poco esfuerzo.
Valoración rápida de información en función a pocos conceptos que surgen rápidos y muy ligados a ella. Se basa en percepciones simplistas que tienen una funcionalidad primordial: -Es fácil, rápido, gasta poca energía y no nos deja con el mal sabor de boca de no tener verdades absolutas-.
Cacioppo y Petty6 (1985) definen una cosa muy parecida con su modelo de probabilidad de elaboración. Ambas teorías nos dicen una cosa bastante evidente: Cuanto más centro mi atención y razono sobre un tema, más lo desarrollo. Cuando menos lo hago, más soy vulnerable a la presión externa y menos elijo conscientemente qué opción tomar.
6. Priming y Framing
Además, los medios de comunicación no sólo tratan de influir con las técnicas que comentamos, sino que también pueden hacerlo estableciendo el tablero de juego, o el conjunto de cosas a las que atender.
Sobre esto hay básicamente dos métodos muy relacionados:
- Priming7, o preactivación, es un efecto que define la facilidad de evocación de un elemento (asociado a otros) si este se presenta frecuentemente.
Al estar presente se encuentra “pre-activado”, o más reciente… más fresco, con una asociación más fuerte… Los términos técnicos en neuropsicología pueden variar. El caso es que se relaciona con más facilidad.
Os dejo un intento que a más de uno le puede sonar. No funciona exactamente así, pero igualmente se probó.
- Framing8, o efecto de encuadre, es algo muy parecido.
Se trata de la manera en que se presenta la información, o sea, el conjunto de cosas que rodean antes, durante y después a una serie de datos, los cuales facilitan un marco de referencia que puede guiar a la creación de determinadas creencias. Es muy común verlo en forma de palabras específicas de contenido positivo o negativo que se usan siempre en personajes o países específicos, especialmente sobre temas políticos.
Estos dos métodos pueden ser, y todo apunta a que son, medios para marcar la agenda de información. Acotan a qué atender y cómo atenderlo.
7. Conclusiones
Si hablamos sobre poblaciones completas, y más teniendo en cuenta los últimos casos de posible manipulación electoral por falsas noticias (otro)… Sí, influyen.
Los medios de comunicación tienen efectos. No es que nos metan ideas subconscientes sobre productos o pensamientos, la mente no tiene capas de ese estilo, es que modulan en cada exposición nuestra opinión sobre el tema.
Pero si hablamos en términos individuales, entonces la conclusión anterior no representa una espada directa a la cabeza que uno no pueda esquivar. El consumo de información es una disciplina que puede (y quizá debe) entrenarse. Y es posible hacerlo.
- Selecciona la información que te parezca más relevante y/o interesante.
- Evalúa con actitud crítica y también con disposición a cambiar de opinión si procede.
- Analiza los detalles, las fuentes, la fiabilidad y la certeza de la misma.
- Estúdiate a ti mismo. Corrige los sesgos que seguro tendrás.
- Repite hasta hacerte experto.
8. Referencias
- Ajzen, I. (1991). The theory of planned behavior. Organizational behavior and human decision processes, 50(2), 179-211).
- Klapper, J. T. (1960). The Effects of mass communication. An analysis of research on the effectiveness and limitations of mass media in influencing the opinions, values, and behavior of their audiences. Nueva York: The Free Press. [Edición española: (1974). Efectos de las comunicaciones de masas. Poder y limitaciones de los medios de difusión. Madrid: Aguilar. Trad. de José Aurelio Álvarez Remón].
- Lazarsfeld, P. F., Berelson, B., & Gaudet, H. (1944). The people’s choice. Oxford, England: Duell, Sloan & Pearce.
- Vosoughi, S., Roy, D., & Aral, S. (2018). The spread of true and false news online. Science, 359(6380), 1146-1151.
- Chaiken, S., & Eagly, A. H. (1989). Heuristic and systematic information processing within and. Unintended thought, 212, 212-252.
- Cacioppo, J. T., & Petty, R. E. (1985). Central and peripheral routes to persuasion: The role of message repetition. Psychological processes and advertising effects, 911.
- Tulving, E., & Schacter, D. L. (1990). Priming and human memory systems. Science, 247(4940), 301-306.
- Chong, D., & Druckman, J. N. (2007). Framing theory. Annu. Rev. Polit. Sci., 10, 103-126.